El País publica una entrevista a Jan Gehl, un referente para el urbanismo: «Menos coches. Menos edificios modernistas. Más ciudades para la gente«.
«No ha habido una sola ciudad, cuya primera reacción haya sido decir que son diferentes y que la cultura del coche no se podrá combatir».
La ciudadanía en #Melilla no es tonta ni extraterrestre, aunque el cambio cultural debe reflejarse en los presupuestos.
«Al final uno mira por la ventana su ciudad y debería preguntarse si realmente es una buena ciudad. ¿Es dónde quiero jubilarme? ¿Es dónde me gustaría que crecieran mis nietos? A partir de ahí, uno empieza a sugerir cambios».