Hoy ha caído en nuestra lectura un excelente artículo que nos lleva a la reflexión: «Sentarse y sentirse urbanos (reflexiones sobre los bancos en el espacio público)» de José Antonio Blasco (@ja_blasco), Carlos Martínez-Arrarás y Carlos Lahoz (@CLahozPalacio).
– ¿Para qué sirven los bancos? Descansar, esperar, contemplar, encontrarnos, conversar…
– ¿Son excesivamente caros?
– ¿Se necesitan bancos para sentarse? ¿Puede valer un desnivel, escalón o escaleras, borde de una fuente, una valla..?
– ¿Los bancos son más propicios para los parque o plazas o igualmente deben estar en «lugares de paso«?
– ¿Hay muchos o pocos espacios para sentarse en la ciudad?
– ¿Hay muchos o pocos espacios para sentarse en la ciudad?
– ¿Están abiertos a todos o se monopolizan por grupos minoritarios? ¿Deben impedir el uso de vagabundos? ¿Contribuyen a una buena imagen de la ciudad?
– ¿Podrían estar patrocinados por empresas privadas?
– ¿Son una competencia desleal de las terrazas de hostelería que tienen que pagar por la misma?
– ¿La calidad de una calle se mide por el número de personas que pasan o por las que se quedan?
