Miguel Anxo Fernández Lores, Alcalde de Pontevedra.
Nuestra intención es recuperar el espacio público para los ciudadanos. ¿Qué tiene que ver esto con los niños? ¡Mucho! Los niños no pueden vivir, hacer una vida normal, jugar, relacionarse, quedar con sus amigos o ir solos al cole en una ciudad donde la velocidad es superior a 30 km/h, y que está llena de coches; esto genera un peligro inminente. En esta ciudad utilizamos como referencia desde hace tiempo: «La ciudad de los niños» de Tonucci. Es un compendio sobre lo que se debe hacer en una ciudad para que sea más fácil vivir en ella. Y si es buena para los niños, es buena para todo el mundo.
Francesco Tonucci, Proyecto «La ciudad de los niños».
En estos últimos dos años hablo mucho del caso Pontevedra, invitando a alcaldes y administradores a visitar esta ciudad, no porque sea la ciudad Perfecta, sino porque es por el camino justo. Asumir los niños como parámetro es una decisión democrática, significa pensar en todos, no excluyendo a nadie. Esta ciudad asumió este compromiso a nivel radical y coherente, es decir, para que los niños puedan vivir bien la ciudad hay que cambiar la ciudad. Los niños son ciudadanos, no son futuros ciudadanos, son ciudadanos pequeños, pero igualmente ciudadanos, por esto son titulares de derechos. Uno de estos derechos es vivir su ciudad.