María Sintes, coordinadora del grupo de trabajo «Infancia y Movilidad«, dentro Área de Educación y Cooperación del CENEAM, tiene publicada la siguiente ponencia: «Educación vial para una movilidad sostenible. La necesidad de un cambio de enfoque«. Inspirada en el proyecto «La ciudad de los niños» de Francesco Tonucci, colaboró en el programa «De mi escuela para mi ciudad«.
Dentro del mensaje de la calle se recoge:
- La ciudad es un espacio motorizado y por tanto, la calle es un espacio peligroso.
- Frente a la proximidad y la accesibilidad a pie, la prioridad es del tráfico rodado.
- El espacio, teóricamente público, que es la calle es, en la práctica, territorio privatizado.
- Si bien existen normas que regulan la movilidad y las relaciones entre usuarios de las calles, éstas no necesariamente se cumplen.
- Es asunto propio de cada persona, de cada ciudadano, velar por su propia seguridad.
Precisamos de un cambio de enfoque hacia una movilidad sostenible, combinando una serie de medidas:
- Reducir la necesidad de los desplazamientos.
- «Desmotorizar» la movilidad y «humanizarla».
- Racionalizar el peso del automóvil y desincentivar su uso.
- Reorganizar la jerarquía vial.
- Promoción de un cambio cultural imprescindible.
Desde la educación se puede abordar desde diferentes aportaciones:
- Educación vial.
- Campañas de Sensibilización.
- Programas Educativos.
- Participación ciudadana.
- Gestionar y planificar directamente con los niños y niñas.
Todo lo comentado es un prolegómeno para llegar a la necesidad de un nuevo enfoque en la educación vial que se realiza en edad escolar. Hay que revisar la orientación que se le da como entrenamiento para la autodefensa y las actividades en las que tratan la infancia como un conductor precoz de un automóvil. En el cambio de enfoque debemos revisar los mensajes, los valores, los destinatarios y los cómplices para hacer educación vial.