Del movimiento lento como reacción a la comida rápida, nacen las Ciudades Lentas concretadas en España con el término Cittaslow donde ya hay seis centros urbanos adscritos a esta iniciativa que se inició en Italia en 1999, aunque hay repartidas en todo el mundo: Alemania, Francia, Gran Bretaña, Finlandia, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Turquía, China, Canadá y Estados Unidos.
Frente a los atascos, el ruido, el asfalto, las colas, las prisas…, este movimiento propone valorar la tradición, cuidar el patrimonio, los antiguos oficio, apostar por desarrollo sostenible, respetar la gastronomía, la hospitalidad y la convivencia, ir al trabajo en bici o andando, disfrutar nuestra rutina, con perspectiva de cambio a largo plazo, sin renunciar a los avances tecnológicos y con el fin de mejorar la calidad de vida.
Entre los más de 50 criterios de requisitos a cumplir para ser «Cittaslow»: reducir el ruido y el tráfico, aumentar las zonas verdes y las islas peatonales, apoyar a los agricultores de la localidad y a las tiendas, mercados y restaurantes para que vendan sus productos, promover una tecnología que proteja el medio ambiente, preservar la estética y las tradiciones culinarias de la localidad y fomentar el espíritu de hospitalidad y buena vecindad…, está la de ser una ciudad de menos de 50.000 habitantes.