La Autoridad Portuaria de Málaga que dirige el melillense Paulino Plata trata la movilidad ciclista de esta peculiar manera.

Cuando un socio de Melilla ConBici se dirigía a entrar en el recinto portuario para sacar su tarjeta de embarque, la responsable de acceso de vehículos dice que por ahí están prohibidas las bicicletas.

Ante la confusión del ciclista, le dice que debe ir por el carril bici. Pero para sorpresa del ciclista, el carril bici está compartido con el peatón por una especie de pasillo.

Le pregunta a la responsable del acceso de vehículos que como es posible que la bicicleta vaya por donde los peatones y se le prohibe ir por donde los vehículos, a lo que responde que en ese lugar hay muchos camiones.  Nos recuerda la siguiente cita: «… no aceptamos al ciclista urbano como un usuario más de la calzada y sí aceptamos la ciudad como un entorno violento, peligroso y salvaje«. El ciclista le contesta que ahora el problema es para los peatones y la autoridad portuaria le confiesa que por ahí no suele pasear nadie. No es de extrañar por como los tratan.

Pero no todo termina aquí. En el momento del embarque, el ciclista lo hace por donde los vehículos y el agente de la Autoridad Portuaria de Málaga que controla el acceso de vehículos al barco le dice que la bicicleta no es un vehículo y que debe hacerlo por donde los peatones. El ciclista le contradice y le contesta que no es la primera vez que sube en bicicleta al barco. El agente de la Autoridad Portuaria le informa que es decisión de la empresa marítima, en este caso Transmediterránea. Tras dirigirse a la ventanilla de Transmediterránea, le traslada al agente que la empresa confirma que es decisión de la Autoridad Portuaria. El agente concluye, entendemos que por decisión personal, que debe subir por donde los peatones.

Nada más subir al barco, le indican que debe bajar una escaleras con bastante pendiente para llevar la bicicleta al aparcamiento de vehículos. ¿De película?

Mientras que en el Puerto de Melilla solo han sido facilidades para subir por donde los peatones, evidentemente bajados de la bicicleta, o por donde los vehículos, en Málaga la decisión es según el arbitraje del agente de la Autoridad Portuaria de turno. Nosotros recordamos la vez que se negaron en Málaga a subir por donde los vehículos un grupo de 30 personas en bicicleta. La misma empresa marítima no lo podía entender. Esperemos que la Autoridad Portuaria de Málaga comience a tener algo de más cultura sobre la movilidad del siglo XXI.