En un post anterior ya exponíamos la cultura actual en relación con la infancia: «Ciudadanía del futuro. Ciudadanía sin presente«.
El recorte que han sufrido los niños en el uso autónomo del espacio público es un hecho relativamente reciente en el tiempo. La pérdida de las calles por parte de la infancia se empieza a acusar en las últimas décadas del siglo XX.
- El tráfico impone nuevas reglas en la calle.
- Aumentan las fuentes de peligro.
- La calle va perdiendo vida e interés.
- Los niños pasan más tiempo encerrados en casa.
- Se reduce el control social porque disminuye el uso de las calles.
- La contaminación y el ruido deterioran los centros urbanos y muchas familias se van al extrarradio.
- Incremento de las distancias medias recorridas.
- Aumenta el uso del transporte motorizado.
- Se crean más infraestructuras para el tráfico.
- El colegio se aleja de las viviendas.
- El tráfico contribuye al deterioro de la vida social.
- Las infraestructuras de transporte crean barreras en la trama urbana.
- Se debilitan las redes sociales.
- Aumenta la desconfianza social.
- Los niños apenas salen solos.
- Mayor uso del coche en los viajes cotidianos.
- Demasiado tráfico.
- Los niños que caminan solos son más vulnerables. Son minoría.
- Incrementa el peligro.
- Los conductores se acostumbran a que no hay niños solos y reducen su atención.
- Se asume que el papel de las familias es acompañar a sus hijos.
- Los niños pierden la calle.
Hemos extraído el texto del folleto de la DGT «Camino Escolar. Paso a paso» dirigido por Raquel E. Navas y en colaboración con Marta Román de GEA21.