«Bicheando» por las redes sociales encontramos el post de Vidas precarias: «Citius, altius, forius«, donde al final nos recomienda la lectura del informe de Farapi S.L. Siniestralidad vial y género (2009).
Melilla ConBici no quiere que haya más bicicletas. Queremos que haya menos abuso del coche, porque eso nos dará la oportunidad de tener una ciudad más amable. Pero en este pedaleo, nos hemos dado cuenta que estamos mirando el mundo desde el manillar. En las jornadas «Infancia y Ciudad: soñamos Melilla» lo hicimos desde los ojos de los niños; con el artículo «Movilidad laboral sostenible» desde los trabajadores; en la 36ª Pedalada «Bicicleta tiene nombre de mujer» lo hicimos desde la perspectiva de género… Con este post queremos seguir mirando desde esta perspectiva.
¿Somos insensibles a la cantidad de víctimas de accidentes de tráfico? ¿Es un precio que hay que pagar? ¿A quiénes debemos responsabilizar: conductores, políticas, lobby relacionado con el automóvil? ¿Tiene la misma repercusión las consecuencias del consumo de tabaco que la contaminación del tráfico? ¿»Accidente» o «delincuencia vial»?
¿Por qué existe conducción temeraria? ¿Los hombres se sienten más atraídos al peligro que las mujeres? ¿Tiene la mujer peor habilidad que el hombre para conducir? ¿Puede ser el exceso de confianza del varón lo que representa el verdadero factor de riesgo? ¿Qué relación puede tener que se de con mayor frecuencia en varones y jóvenes? ¿Por qué las mujeres son vistas por las aseguradoras como conductoras de menor riesgo? Estas preguntas nos pueden llevar a una reflexión muy interesante que hemos querido mostrar en este post.
Sería bueno, antes de empezar, prevenir de los riesgos de «sobreinterpretación», donde deberíamos buscar menos las ocasionales diferencias entre los sexos y más las habituales similitudes y coincidencias.
1. Análisis estadístico.
Aunque los datos nos puedan confundir, la siniestralidad no ha caído, sino que los accidentes son de menor gravedad. Podríamos decir que se ha mejorado en seguridad pasiva (ej. cinturón de seguridad, airbag…), pero no en la seguridad activa, reducir el número de accidentes.
3/4 del parque móvil español son turismos. Interesante el dato en el que el espacio urbano e interurbano se reparten a partes iguales el número de accidentes de turismos. Pero en zonas urbanas los ocupantes de los turismos heridos son un 33% y mueren el 7%, y en zonas interurbanas los heridos son un 66% y un 93% el de muertos. ¿Puede ser la velocidad un factor para la gravedad de los accidentes?
El coche es peligroso a determinadas velocidades. El 40% de las personas fallecidas por siniestralidad vial en zonas urbanas eran peatones.
El 41% de los carnets pertenecen a mujeres. ¿Cómo se explica que solo sean un 10% las conductoras responsables de accidentes en carreteras? También un 10% son las mujeres implicadas en accidentes mortales en carreteras. Sin embargo, muere una mujer por cada tres varones. ¿Podemos calificarlo como violencia vial?
Mientras se prejuzga la mala conducción de mujeres o la falta de reflejos de personas mayores como factores de riesgo, todos los datos afirman, que la edad de mayor peligro la componen los varones de 18 a 24 años. Un joven de 18 años tiene una probabilidad tres veces mayor de perecer que un adulto de 50 años en accidente de tráfico.
Pero no estamos trabajando tanto con datos diferenciando a los sexos, sino desgranando una cultura dominante, que a veces puede ser asumida incluso por la mujer. Por ejemplo, una aficionada a su Porsche afirmaba que al entrar en su deportivo se sentía como un hombre.
En España los varones suelen conducir más de 6.000 km/año, mientras que las mujeres no solo no lo superan, sino que lo hacen más despacio. A la pregunta de si le gustaba conducir más rápido, contestaron afirmativamente un 29% las mujeres y un 56% los varones. La mujeres valoran más que los hombres la influencia negativa del alcohol como causa de accidente.
El transporte por carretera es el más peligroso y el que más vidas humanas sacrifica de todos los medios de transporte. Según al OMS, los accidentes de tráfico son la décima causa de muerte en el mundo. En 2030 será la tercera causa. Aunque los países ricos concentren el mayor número de vehículos, el 90% de muertes ocurren en países pobres.
2. Reacción social ante el fenómeno.
Viajar en coche nunca había sido tan inseguro. Pero tampoco había dado tantos beneficios a este negocio.
No cabe duda que se ha invertido mucho en la seguridad pasiva, por ejemplo, cinturón de seguridad, ABS, airbag, barras laterales, etc., pero si la velocidad es la causa principal de la gravedad de las consecuencias en accidentes de tráfico, ¿por qué el lobby del automóvil no pone límites de velocidad y realiza coche que duplican la velocidad máxima? ¿Podría darse el caso de restringir la posesión de coches que pueden sobrepasar la velocidad máxima, al igual que poseer armas de fuego? Por alguna razón, los coches rápidos venden más.
Empresas, Administración y ciudadanía han optado por la velocidad en vez de por la vida. Los fabricantes, por su opción en pro de la velocidad; la Administración, por no evitarlo; y la ciudadanía, por asumir de buen grado el altísimo nivel de riesgo.
El peligro se refiere a una «situación de la que se puede derivar un daño para una persona o cosa», mientras que el riesgo se define como «contingencia o posibilidad de que suceda un daño, desgracia o contratiempo».
El aumento de la velocidad, la cantidad ascendente de vehículos a motor y su masa son un peligro para el cuerpo humano que no está preparado para soportar esos impactos. Sin embargo, es un precio a pagar para la prosperidad de la industria del automóvil.
Según la teoría de la compensación del riesgo aplicada al tráfico establece que, por término medio, los conductores adoptarán modos de conducción más arriesgados cuando perciban que se encuentran en un entorno con mayores protecciones técnicas, ya sea en su vehículo o en la infraestructura por la que circulan.
3. Riesgo, salud y masculinidades.
Un estudio en el que alumnos universitario conducían un viejo coche familiar de los 80 y otros un Porche recién estrenado, demostraba que los hombres conduciendo el Porche por el centro de la ciudad tenían los niveles de testosterona más alto. No obstante, el comportamiento agresivo de los hombres en la carretera debe justificarse mayormente mediante las creencias y valores sociales (culturales).
Correr riesgos es una manera en la que muchos hombres demuestran y confirman su virilidad. Por contra, ser prudente, tener hábitos saludables o solicitar ayuda como los servicios de salud, están asociadas a formas de feminidad. Por ello, la OMS concluye que «la masculinidad puede ser dañina para la salud».
La conducción asociada a la masculinidad es mas competitiva, agresiva e individualista, mientras que la femenina se asocia a más prudente, comprensiva y cooperativa. No quiere decir que todos los hombres conduzcan así, sino que existe una construcción social que influye en su definición preestablecida de género. ¿Con qué género se relacionan independencia, riesgo, estatus y poder en la publicidad de vehículos a motor?
A diferencia del peligro, el riesgo es consecuencia de decisiones conscientes y se puede entender como «una medida de incertidumbre que indica las probabilidades de éxito de una decisión o una conducta». Poca cosa solucionaríamos haciendo a los jóvenes más conscientes de los peligros que corren, puesto que el atractivo está precisamente en eso. Sí sería interesante hacerles conscientes de la sobrevaloración realizada de sus capacidades.
4. Análisis etnográfico.
La velocidad es causa de muchos accidentes y del grado de gravedad de éstos. Aunque nos centramos en la limitación de 50 a 30 km/h en zonas urbanas, en el siguiente post hacemos un análisis de «Velocidad y seguridad«.
Uno de los grandes problemas a la hora de limitar la velocidad es que ésta cuenta con una amplia aceptación social y, de hecho, se asocia muy a menudo a la buena conducción, o al conductor habilidoso.
El 50% de los conductores dicen conducir igual de rápido que la media y el 16% más deprisa. El 73% opina que los demás conductores sí sobrepasan los límites frecuentemente, muy frecuentemente o siempre.
Aunque solo el 5% de nuestros trayectos son de más 100 km y sólo ganamos 6 minutos en autopista al circular durante 100 km a 150 km/h en vez de 130, ¿qué tiene la velocidad para causar tantas resistencias cuando se contempla su control y reducción? Entre otros factores, placer y prestigio.
Mientras muchas mujeres se quejan de la exigencia de gastar más dinero en ropa para cuidar su imagen, el hombre relaciona el coche con un símbolo de estatus social.
Los conductores que no respetan la velocidad son un 35% en autopista, un 55% en carretera y un 82% en vías urbanas, donde los hombres muestran una mayor propensión a superar los límites de velocidad, sobre todo, en autopistas y autovías, demostrando una vez más que las mujeres perciben más el riesgo que implica la velocidad. Sin embrago, el discurso machista no duda en criticar el estilo de conducción de las mujeres, mientras que son los hombres los mayores protagonistas de actitudes peligrosas en la conducción. Los hombres no asocian la buena conducción con la reducción de riesgos. Y es que en cualquier comparativa se afirma: «Las mujeres son peores en todo, desde el juicio masculino».
Sin querer realizar un análisis exhaustivo, nos gustaría propiciar la reflexión con la siguiente pregunta: ¿cómo perciben y definen las personas el estilo de conducción de las mujeres?
- Razonables.
- No les gusta tanto la velocidad.
- Humildes.
- Discretas.
- No agresivas.
- No les gusta el riesgo y el peligro.
- Más observadores.
- Más precavidas.
- …
También hay que valorar que las mujeres en la conducción están transgrediendo su rol de estar en el hogar.
La mujer suele estar delegada a la posición de copiloto. El padre no te deja coger el coche, el hermano y el novio tampoco. ¿Cuándo cogen el coche? Es curioso que los conductores/as en compañía de pasajeros varones conducen más peligrosamente que sin pasajeros. ¿Algo que demostrar?
Entendiendo que la educación no formal es la que se encarga de transmitir todos estos estereotipos, nos podemos preguntar si para abordar esto existe un medio «formal» como las autoescuelas, donde se les prepara para superar un examen, o en los centros educativos saturados de contenidos.
Así es la gente que pone en riesgo tu vida. El perfil de los conductores temerarios.
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013/06/18/asi-es-la-gente-que-pone-en-riesgo-tu-vida-el-perfil-de-los-conductores-temerarios-123191/
La mayoría de los que hacen los cursos para recuperar los puntos de carne de conducir son varones: https://revista.dgt.es/es/reportajes/2022/06JUNIO/0629_Cursos-recuperacion.shtml?fbclid=IwAR0qxlovT6mbPituWBab4if5299tonX5kJZzSvM82y55KAsOXjW6IRy8TlY