Actualmente se repite la palabra «crisis» y hay muchas personas que lo relacionan con, ya casi como una expresión hecha, «crisis de valores«.
La palabra crisis no tiene que ser entendida de manera absoluta como algo negativo, ya que se asocia a una combinación de factores y circunstancias de cambio de manera inestable. Tal vez lo inestable nos de miedo, pero en un sistema financiero donde se hablaba hace décadas de «burbuja inmobiliaria», en un planeta en el que no se hace nada por el «cambio climático», no es normal e incluso necesario que estemos en crisis.
En cuanto a los valores, podríamos hacer una lluvia de ideas: Dignidad, Libertad, Justicia, Responsabilidad, Tolerancia, Diálogo, Paz, Amor/Ternura, Amistad, Cooperación, Autoestima, Creatividad, Iniciativa, Participación, Salud, Autosuperación, Autoestima, Respeto, Solidaridad, Alegría, Equidad, Esperanza/Ilusión, Cultura, Tenacidad/Perseverancia/Constancia, Disciplina, Sinceridad, Honradez, Orden, Compromiso, Excelencia, Autonomía/Independencia, Humildad, Altruismo, Diversidad…
Desde el plano ético e individual: ¿qué les parece si empezamos por la «autodeterminación» de cambiar nuestra forma de movernos por otra más sostenible? Y desde el plano político (no confundir con política partidista) y colectivo: ¿qué les parece si ponemos en juego todos los mecanismos democráticos para hacer ciudades más seguras, saludables, sostenibles, justas, modernas y amables?