Hace unos meses me paraba en nuestra ciudad, Melilla, un policía sobre la obligatoriedad de llevar casco. Me costó un rato explicarle que no era obligatorio llevarlo en ciudad y sí lo es en desplazamientos interurbanos, que en Melilla no hay.
Recientemente sale la noticia «España encabeza el ranking europeo de ciclistas fallecidos en carreteras» según un estudio de la Fundación Mapfre.
Necesitamos estudios relacionados con la movilidad sostenible y propiciar un consenso asesorado para poner en marcha actuaciones en pro de la movilidad. Si bien son necesarios más estudios, es palpable la falta de organización en el diálogo para llegar a un consenso, por lo que no es de extrañar propuestas como el Consejo Nacional de la Bicicleta, actualmente Mesa Nacional de la Bicicleta. Este órgano podría poner orden y no culpabilizar a la víctima, en este caso, el ciclista, con la obligatoriedad del casco, si bien podríamos discutir la conveniencia o no según el trayecto, experiencia, climatología, etc.
A continuación os dejamos la comunicación de Vicente Hernández Herrador (Universidad de Sevilla) en el Congreso «La bicicleta y la ciudad» organizado por ConBici en Sevilla en 2010. En su intervención nos explica las ventajas e inconvenientes del uso del casco con la bicicleta y porqué no es necesario utilizarlo dentro de la ciudad.
Desde ConBici queremos manifestar públicamente nuestro convencimiento de que la mejor manera de promover la seguridad de los ciclistas es aumentar su participación de los desplazamientos en bicicleta. No es casualidad que los países líderes en seguridad vial de los ciclistas sean precisamente aquellos países donde más se usa la bicicleta, mientras que los países a la cola de Europa en esta materia sean también aquellos en los que menos se usa la bicicleta, entre ellos España. Esta conclusión se desprende meridianamente de los principales estudios comparativos sobre esta materia, entre ellos el «Charter on road safety» de la Federación Europea de Ciclistas (ECF).
Por otro lado, sabemos que todos los países y todas las ciudades del primer mundo que presentan un porcentaje apreciable de movilidad ciclista, cuentan con infraestructuras pensadas para el ciclismo: redes de vías ciclistas, ciclo-calles, aparcamientos para bicis, zonas de tráfico compartido, etc… todo ello con la señalización y el desarrollo normativo correspondientes.
Por tanto, plantearse la seguridad de los ciclistas como un mero problema de equipamiento individual del ciclista: luces, timbres, frenos, ropas reflectantes, casco, rodilleras, gafas… es insuficiente. La seguridad de los y las ciclistas pasa fundamentalmente por generar unas infraestructuras y una legislación que favorezca el uso de la bicicleta, haciendo de las vías públicas lugares seguros para los y las ciclistas.
De estas políticas se derivan, además un aumento en la seguridad de los y las ciclistas individuales, indudables beneficios para el medio ambiente, consecuencia del ahorro de emisiones contaminantes asociado al aumento de la movilidad ciclista, así como un aumento general de la seguridad del tráfico, derivado del efecto de calmado del mismo que tiene todo aumento de la movilidad ciclista. En lo referente a las infraestructuras, es sabido que el impacto sobre la creación de empleo (por euro invertido) de la construcción de infraestructuras ciclistas supera por un factor de entre 1,5 y 2 al impacto de las infraestructuras convencionales. Todo ello sin olvidar el favorable impacto en la salud pública que supone todo incremento de la movilidad en bicicleta.
Por tanto, instamos a las administraciones públicas a que redoblen sus esfuerzos en el terreno del fomento de la movilidad ciclista, mediante el desarrollo de las infraestructuras y la legislación adecuada -como el proyecto de reforma del Reglamento General de Circulación consensuado por una amplia representación de administraciones y entidades-, como mejor estrategia para aumentar la seguridad, no sólo de los y las ciclistas, sino del tráfico en general, así como para mejorar el medio ambiente, la salud pública y el empleo.
Una estadística ampliamente citada – respaldada por el Gobierno del Reino Unido – sugiere que los años de vida adquiridos a través de usar la bici en Gran Bretaña son mayores que los años de vida perdidos por alrededor de 20:1. Utilizando un modelo matemático presentado en una nueva investigación por el profesor De Jong, se demuestra que las leyes de casco obligatorio o incluso campañas de promoción del uso del casco, pueden posiblemente acortar más vidas que las que pueden salvar, si estas leyes o campañas reducen el uso de la bicicleta en más de un 2% (en Australia fue de un 40%). Y esto contando con que los cascos para ciclistas fueron 100% eficaces para prevenir cada posible lesión en la cabeza a todos los ciclistas restantes que sigan usando la bici. Múltiples investigaciones demuestran que los cascos para ciclistas no tienen ese 100% de eficacia.
Ver http://www.cyclehelmets.org/1249.html
Comisión sobre Seguridad Vial y Movilidad Sostenible en el Congreso (y cobertura mediática) http://www.mueveteenbicipormadrid.com/2013/09/comision-sobre-seguridad-vial-y.html