En el periódico Melilla Hoy en la sección «Los Melillenses nos dicen» un ciudadano realizaba la siguiente queja:
«La pasada semana observé una situación que me ha hecho plantearme la siguiente pregunta: ¿qué criterios siguen los agentes del orden para imponer sanciones?. El caso es el siguiente, estaba paseando por la Plaza de las Culturas cuando observé como unos agentes de proximidad bajaban de su vehículo y se disponían a sancionar un vehículo que estaba mal estacionado a las espaldas del Casino Militar, paralelo a los contenedores de basuras. Esto es normal. Lo que no veo normal es que justo al otro lado de la calle, en la plaza de las culturas, hay varios carteles que dice «plaza peatonal» y prohíbe el juego con pelotas, patines y bicicletas. Pues bien, allí había niños dando pelotazos a las plantas, las cuales tenían sus hojas esparcidas por el suelo, y los agentes ni caso. Del mismo modo se puede observar a cualquier hora, como por la acera del Paseo Marítimo sigue habiendo gente en bicicleta. y yo pienso que las normas están para ser respetadas por todos y los agentes deben llamar la atención al que las incumplan, ¿o es que las únicas infracciones que interesa observar son las de los vehículos y así poder recaudar algo más?«.
Sería bueno saber cual es el criterio que tiene la Policía para no multar a la gran cantidad de «CO2ches» aparcados diariamente en zonas peatonales, por ejemplo, todo el Barrio del Real, Calvo Sotelo, Carlos V, Avda. Juan Carlos I, etc.
Desde Melilla ConBici estamos a favor de considerar a la bicicleta un vehículo, no uno más o alternativo, sino preferente por sus múltiples beneficios que tienen para todos y en diferentes ámbitos: salud, economía, eficacia, seguridad, justicia social, ocupación del espacio público, compatibilidad con la principal opción de movilidad: el peatón, etc. Y como vehículo su lugar está en la carretera.
Es cierto que los que ya tenemos experiencia para circular con el resto de vehículos a motor demandamos una limitación de la velocidad a 30 km/h como máximo y respetar la separación de 1,5 m al adelantar para no ver nuestro derecho a movernos coartado. Esta reducción de la velocidad también va en favor del peatón. En ello ya está la DGT a propuesta de instituciones como ConBici (Coordinadora en defensa de la bicicleta) o la Federación Española de Municipios y Provincias por los datos aportados (ver: «Límite de la velocidad a 30 km/h en algunas zonas urbanas«). Sería responsabilidad de la Consejería de Seguridad Ciudadana impulsar el desarrollo de un Plan de Movilidad, conjunto a otras consejerías, como la de Fomento.
Pero para los que no tienen experiencia en ir en bicicleta podría ser interesante que con unos criterios de respeto por parte de los ciclistas como son: ir a una velocidad moderada (se ha consensuado un máximo de 10 km/h), separado de los peatones, entender que los peatones siempre tienen prioridad y bajarse de la bicicleta en caso de que la densidad de peatones sea muy alta, creemos que aceras como las del Paseo Marítimo de Melilla son ideales para estas ¡excepcionalidad! Por ejemplo, así lo entendieron en el Paseo Marítimo de Gijón y hay propuestas de la DGT. ¿Hay personas que van como loco con las bicicletas por las aceras, que se saltan semáforos…? También los hay quienes lo hacen con los coches y no por ello se prohíbe la circulación a todos. Aunque ya me gustaría que en días como el 22 de septiembre, Día Sin Coches, se hiciera para la Semana de la Movilidad.
De la misma manera entendemos que si hay menores que no respetan unas normas mínimas de convivencia deben ser reprendidos. Pero, ¿prohibir jugar a la pelota en una plaza a todas las personas? ¿A dónde hemos llegado?
Melilla ConBici defiende una movilidad sostenible (ir andando, en bicicleta y en transporte público) para recuperar un espacio público saludable, económico, seguro, educativo, amable, moderno… Para ello hay proyectos como «La ciudad de los niños» del famoso pedagogo Francesco Tonucci, en la que se entiende que una ciudad en la que los niños no juegan es una ciudad enferma.
Si sabemos que el 75% del espacio público está destinado al coche, abogamos por una recuperación del espacio público para las personas. De momento el hacinamiento que nos produce la saturación de coches -medio de transporte que más espacio público ocupa y ello en una ciudad de dimensiones limitada-, no nos puede llevar a una mayor restricción del uso del espacio. Este tipo de prohibiciones, plazas, parques y otros espacios no se entenderían en en otras ciudades con un urbanismo que comienza a preocuparse por las personas y no por las máquinas.