La idea central es comparar modos de desplazamiento idóneos y dejar en ridículo a la bicicleta. Es parte de una estrategia, es un contraataque de la poderosísima industria del automóvil contra la indeseada trama de la movilidad sostenible.
¿Ridículo? No tanto. La todopoderosa maquinaria del coche, y más la del coche de lujo debe defender sus opciones y su dominio en todos los medios. No le basta con las carreteras y autopistas, también debe demostrarlo en el medio urbano y hasta en los espacios naturales. Es así. Son los mejores y tienen que hacer ostentación de ello. Intimidando a sus opositores. Con suficiencia. Y para ello han identificado a un enemigo débil, risueño, infeliz. El ciclista. Y se han dedicado a ridiculizarlo. ¿La misión? Clara. Difundir el mensaje: «La verdadera experiencia la tendrás siempre en un coche»
Este artículo ha sido extraído del interesantísimo blog.