El documental «Cambio de sentido» (minuto 20) afirma que el coche, además de tener una utilidad (cada vez más reducida en las ciudades), es para muchas personas una muestra del nivel social. Pero la razón para que tenga tanta importancia dentro de nuestra cultura es entre otras justificaciones: el sexo.Un estudio midió los niveles de testosterona a alumnos universitarios antes y después de conducir un viejo coche familiar de los ochentas o un Porsche recién estrenado, y los resultados fueron concluyentes: los hombres conduciendo el Porsche por el centro de la ciudad tenían los niveles de testosterona más altos. El coche se considera una posesión y un reflejo de uno mismo en la jerarquía social. ¿Es una de las razones por la que la cultura del motor está tan arraigada en la juventud? ¿Evolucionará la especie más allá de conductas propias del Australopithecus?
Y para que evolucionemos, Melilla ConBici da veintidós propuestas para la promoción de la movilidad y espacios sostenibles en Melilla, entre las que se encuentran estrategias formativas y de sensibilización. Os dejamos un vídeo enfocado a alumnado de Secundaria más cercanos a la juventud y que pueden tener más presentes la cultura del motor y su relación con relaciones afectivas de pareja.
Pero hay que entender que el cambio actitudinal en los escolares es más sensibles en la etapa de Infantil y Primaria, por lo que programas como «“Camino escolar”, “Con bici al cole”, “De mi escuela para mi ciudad” tienen también mucho sentido.