En Melilla podemos ver cosas tan absurdas como prohibir el uso de la bicicleta. Puede estar razonado por prejuzgar la bicicleta como un «juguete» con el que algunos movimientos urbanos no respeten las normas cívicas. Sin embargo, no entienden que otras personas les gustaría usar la bicicleta como una demostración de civismo con los seres y el entorno que nos rodea.
Lugares prohibidos en Melilla son el Parque Hernández, Paseo Marítimo Mir Berlanga, entrada a la Playa de los Galápagos… Antiguamente en el Parque Forestal también prohibían el uso de la bicicleta, pero no sabemos si por quejas ciudadanas o iluminación de los políticos, esta restricción se ha quitado.
Otro estereotipo que debe soportar un ciclista urbano es la incomprensión por ser un medio de bajo coste económico comparado con un automóvil. En una sociedad de consumo donde las metas pueden estar en comprar el coche más caro, lo podemos entender aunque no compartir.